La World Padel League acaba de terminar en plena temporada de competición, en la que los mejores jugadores del mundo ya están sufriendo por el extremo calendario de competición. 
Es pura locura y una tomadura de pelo, escribe Filip Björne, de Padel Alto. 

A cierta distancia de la competición de este fin de semana, en la que el equipo Jaguars (?) ganó la final a los Panthers (?), aún me desperté con un gran signo de interrogación.

¿Qué estábamos viendo? ¿Se trataba de un torneo de verdad? Sí, estoy hablando, por supuesto, de la World Padel League de Dubai.

El torneo lo tenía todo:

• Un pobre intento de entretenimiento con diferentes nombres de animales en los equipos.
• Un anfitrión que llamó a la competición World Padel Tour.
• Jugadores medio lesionados que ya juegan demasiados torneos en una temporada.

"No es serio"

Ya he escrito antes sobre este tema. Sobre lo poco serio que es traer a jugadores locales que no están ni cerca del mismo nivel que los demás en el campo de salida. Si quieres un evento para divertirte o pasar un buen rato, sí. Pero nunca será una forma seria de competición.

La última vez que escribí sobre este tema fue durante el America VS Europe, cuando se enfrentaban jugadores suecos. Ahora que el dinero se ha trasladado del mercado sueco a Medio Oriente, este fin de semana había jugadores locales de Emiratos Árabes Unidos jugando junto a los mejores del mundo.

Sobre todo, es el momento lo que hace que este torneo sea una broma. Es una locura poner un evento así entre dos torneos del World Padel Tour en plena temporada competitiva. Este año, jugadores como Ale Galán, Juan Lebrón, Agustín Tapia, Arturo Coello y Ale Salazar ya han tenido que ceder por lesiones. Y sé que el número de lesiones es mayor. 

"Varios jugadores ya están medio lesionados"

Varios jugadores del circuito están jugando “medio” lesionados y con presión debido al extremo calendario de competencias. El hecho de que Ale Salazar juegue el torneo y se opere esta semana es una señal en todo caso.

Desde el punto de vista económico, los jugadores no quieren y no pueden rechazar un torneo como éste de Dubái con el elevado premio en metálico. También entiendo que los jugadores quieran participar por el bien del deporte, para difundir el pádel en nuevos continentes y conseguir que más gente se interese. Además, ¡el juego en equipo siempre es divertido!

Pero lo anterior duele mucho cuando resumimos la competición del fin de semana. ¿Qué vimos en realidad? Quizá deberíamos tomárnoslo como lo que es: un gran evento de broma como ningún otro. Porque no fue un torneo competitivo.